Uno de los anhelos de muchas personas que trabajan o gustan de la aviación en República Dominicana se cumplió: tener un museo aeronáutico en el país donde puedan apreciar varias de las aeronaves históricas que han servido en el país; en este caso, militares.

El pasado martes 22 de Julio de 2020 se inauguro el Parque-museo aeronáutico de la Fuerza Aérea de la República Dominicana, ubicado en la base aérea de San Isidro, en Santo Domingo Este, donde se exhiben varias de las aeronaves que ha dicha institución ha operado a lo largo de su historia desde que fue fundada en 1948 hasta inicios de la década del 2000.

Aparte de la ceremonia de lugar con altos mandos militares y personalidades del sector aeronáutico los aviones de la FARD, como era de esperarse, dijeron presente en el acto, con una demostración de los Super Tucanos, CASAs C-212 y los veteranos UH-1H Hueys, deleitando a los presentes con sus maniobras.

El lugar no cuenta con un hangar o edificación cerrada, siendo en vez un parque al aire libre, con las aeronaves ubicadas en espacios individuales.

No mencionaremos todas las que se encuentran en el mismo, pero te adelantamos que podrás ver al legendario FAD 1914, el único P-51 Mustang remanente en el país como también uno de los famosos A-37B Dragonfly, ademas del SA365C Dauphin II, helicóptero presidencial usado durante las décadas de 1970 y 1980.

Una idea con años en espera

El proyecto de un museo de aviación data a casi 20 años atrás (hasta donde sabemos), ya que a inicios de la década del 2000 se tenían planes para construir uno precisamente en la base principal de la FARD.

Lo mas cercano que había eran las aeronaves en exhibición a la entrada de la base aérea en San Isidro y aquellas en los jardines del Ministerio de Defensa, ubicado en el Distrito Nacional. Cabe destacar que varias de estas se encuentran hoy en el nuevo museo.

No fue hasta 2018 cuando dicho proyecto empezó a tomar forma, cuando empezaron a restaurarse las aeronaves que hoy forman parte del proyecto, así como la preparación del terreno para este, proceso que concluyo hace pocos días con su apertura formal.

¿Y las aeronaves civiles, tendrán uno?

Sabemos que, al igual que nosotros, pensaras en aquellas aeronaves abandonadas en los aeropuertos de Las Américas y La Isabela, en Santo Domingo, entre ellas varias de la extinta Dominicana de Aviación, y por que no se construye un museo con estas.

Tenemos que comenzar diciendo que desde hace años se han mencionado diversos destinos para estas viejas glorias del aire, desde hacer un museo con estas hasta convertirlas en arrecifes artificiales marinos. Ninguna de las dos se ha concretado, y esperamos que la segunda propuesta no prospere, Dios mediante.

Varios desafíos se presentan con estas aeronaves; por un lado los procesos legales para usar estos en algún proyecto, y por el otro el costo para restaurar estas aeronaves para ser exhibidas, dado el grado de deterioro que exhiben estos aparatos, en especial aquellas en Las Américas, con mas de 20 años a la intemperie y con el salitre poniendo su granito de arena.

Aun así esperamos que el Estado u alguna institución privada algún día concrete un proyecto de este tipo. Naves históricas como el Lockheed Constellation y los Douglas DC-3 y DC-6 no pueden ser dejados a la merced de los años y el clima, y que decir de los recordados Boeing 707 y 727 de Dominicana de Aviación. El panorama actual no los favorece en definitiva, pero tenemos fe de que esto cambiara, Dios mediante.

Un proyecto que llena de entusiasmo a todos

Como mencionamos al principio, la apertura de este espacio cumple un deseo de muchas personas relacionadas de una u otra manera con el sector aeronáutico dominicano, el cual era un sueño que escuchamos de muchas personas, incluyendo quien escribe estas lineas.

Esperamos que este proyecto pueda incorporar mas aeronaves en el futuro y seguir aportando a la historia de la aviación en República Dominicana, y felicitamos a la FARD por dicho espacio.

Foto de portada: Jimmy Lorenzo.

Jose Correa

Lic. en Comunicación Social, despachador de vuelos y piloto privado. Creador y administrador de Dominicana Vuela. Amante de la lectura, música y café.