El tiempo como estudiante piloto es uno que todo aviador recuerda (supongo) con interesantes memorias, desde el primer vuelo, su soleo y el chequeo práctico para la anhelada licencia, proceso que en el camino deja vivencias y lecciones que perduran para toda la vida.
Mi caso no es la excepción, y desde pequeño esperaba iniciar mis estudios de piloto que inicie en noviembre del 2019 y que se extendió hasta septiembre del 2020, debido a temas laborales y una pandemia que tuvo la gracia de alargar el proceso aún más.
Durante esos meses aprendí ciertas lecciones y reforcé otras que ya la vida me había enseñado, y que sin duda podemos aplicar a nuestro día a día. Tal vez no sean las reflexiones filosóficas mas profundas del momento, pero quiero compartirlas contigo.
–Se paciente: desde el día uno de clases teóricas el deseo de todo estudiante piloto es completar el proceso lo más rápido posible para iniciar la parte práctica. Algo entendible, aunque no se debe de descuidar esta parte tan importante. No aprendes para pasar un examen solamente sino para mantenerte con vida y los que viajan contigo.
Sin embargo puede ser que esa fase se extienda debido a inconvenientes diversos que se salen de la mano. En mi caso la parte teórica duró casi un año por temas laborales que impedían llevar el proceso como tenía previsto.
A pesar del desánimo que esto causa pude usar ese tiempo extra a mi favor para estudiar mas las diferentes materias y por ende llegar mejor preparado a la fase de vuelo.
-Enfócate en lo que haces: en la vida es fácil distraerse con detalles o eventos que nos hacen perder la concentración en lo que hacemos y nuestras metas, sea cual sea el área.
En el caso de los aviones, esas distracciones muchas veces han terminado en incidentes o accidentes fatales. Por eso es tan importante el apegarnos a cosas como las listas de chequeo, en especial cuando volamos sin el ojo vigilante de nuestro instructor al lado.
Mi instructor me hacía repetirla si me volaba por error uno de los pasos. Imagina despegar sin ajustar apropiadamente la mezcla de combustible; al menos que quieras salir en los titulares de los noticieros mejor evita distraerte en lo posible, no importa si eres estudiante, piloto privado, instructor, etc.
-Respeta el clima: si vas por la carretera y se desata un fuerte aguacero te detienes en la orilla hasta que pase. O si tienes una excursión al pico Duarte y el clima allá se pinta feo lo mejor es dejar eso para otro día.
Bueno, eso mismo aplica para los estudiantes pilotos, con la excepción de que no tienes la opción de detener el avión en el cielo. El momento oportuno es cuando estas aun en tierra, antes de ir al aeropuerto.
Si ya estas arriba y las condiciones empiezan a ponerse malas no hay mal clima que resista un giro de 180 grados, como bien me inculco mi instructor.
Tuve la experiencia de volar en una de mis navegaciones (junto con mi instructor claro esta) en clima que se iba deteriorando y experimentar de primera mano el por que volar hacia condiciones IFR no es una idea muy inteligente.
¡Si no estas calificado para esto NO LO HAGAS! Hay que evitar convertirse en una estadística más y usar el buen juicio que Dios nos dio.
-La seguridad primero: las reglas y recomendaciones para prevenir accidentes e incidentes no están sólo por estar y ya. Sabemos lo que sucede cuando un vehículo sufre un accidente de tránsito y los ocupantes no llevan el cinturón de seguridad, por poner un ejemplo.
Si se te pide llevar un chaleco reflector en determinadas áreas, úsalo. Si no te sientes bien físicamente o preparado para volar, no forzes el mingo como decimos. Es porque alguien lo intento antes y no termino bien. Vive para volar otro día.
-¡Disfruta el trayecto!: Si bien es cierto que alcanzar la meta final es primordial no es menos cierto que durante el trayecto podemos aprender cosas nuevas y conocer personas que suman a nuestra vida en diferentes aspectos. ¡No todo debe de ser problemas o pruebas!
Desde el primer vuelo como estudiante piloto, pasando por el deseado soleo y las navegaciones, disfrútalos. Aprende de ellos. Cada etapa es un proceso que en algo nos aporta, tanto fuera como dentro de la cabina.
Poder ver la tierra desde las alturas es una de las grandes bondades de la aviación. Sin descuidar los conocimientos, la seguridad y todo lo demás asegúrate de disfrutar y aprender algo nuevo en cada despegue y aterrizaje.
Y lleva snacks en los vuelos. Tu estomago y tu instructor te lo agradecerán ;).
El autor es administrador y editor de Dominicana Vuela.
Lic. en Comunicación Social, despachador de vuelos y piloto privado. Creador y administrador de Dominicana Vuela. Amante de la lectura, música y café.
Excelente artículo y motivación al mismo tiempo! GRACIAS Jose! 😎👍✈️
¡Muchas gracias Juan Carlos! Para eso estamos 😀
Muy interesante, ese siempre a sido mi sueño también
Gracias Angel, adelante que con Dios mediante y mucho esfuerzo se puede lograr.